Mucho se habla de que los ‘millennials’, los jóvenes que no llegan a los 34-35 años, están cambiando los esquemas sociales frente a sus padres.

El sueño americano de los ‘millennials’: ser propietarios de una vivienda.

Por la parte inmobiliaria, no se atan a la vivienda familiar en busca de trabajo y oportunidades, y muchos prefieren vivir de alquiler hasta encontrar estabilidad. Un estudio de Bank of West, firma de BNP Paribas en EEUU, afirma que el principal sueño americano de estos jóvenes es tener una vivienda en propiedad.

Da igual que seas de la generación de los Baby Boomers (52-70 años), Generación X (35-51 años) o un ‘millennial’ (21-34 años). Todos anhelan lo mismo en EEUU: tener una vivienda en propiedad. Generación tras generación, algo que se transmite de padres a hijos, pero que en cada época ha tenido una importancia y una forma de tratarlo de forma diferente.

Seis de cada 10 ‘millennials’ cree que el sueño americano es posible, que se resumen en ser propietario de una casa, estar libre de deudas y retirarse cómodamente. De estas tres opciones, la de ser propietario de una casa (56%) tiene prioridad sobre las otras dos.

Por un lado, lo ven como una buena inversión financiera (39%), Y no se sienten incómodos con una hipoteca de por medio, ya que saben lo que es vivir una crisis (muchos se hicieron mayores de edad en plena crisis). Pero los propietarios ‘millennials’ también tienen problemas con las deudas. Un 68% de ellos se arrepiente de haber comprado la casa.

Entre los principales factores de ese arrepentimiento se encuentra el coste de mantenimiento de la vivienda (20%), darse cuenta de que necesitaba una reforma tras mudarse (20%), no tiene el espacio deseado (19%) o que creen que estarían ahora mejor si hubieran esperado a estar más preparados económicamente para adquirirla (19%).

El acceso a la vivienda por parte de los jóvenes de ahora está siendo más complicada por su situación laboral, ya que ahora no se trabaja en el mismo lugar durante toda la vida. Al menos, ya no lo hace la mayoría. La falta de trabajo para los jóvenes, con unos salarios adecuados a los precios que se manejan ahora por la vivienda, está produciendo, por un lado, que la mayoría de los jóvenes alargue la edad de emancipación familiar, o que lo primero por lo que se decante sea por el alquiler. Una solución habitacional con menos ataduras que una vivienda en propiedad, pero que en el día a día puede resultar más caro.

Sin embargo, con el paso de los años, esos jóvenes ‘millennials’ de 21 a 27 años han pasado a ser ‘millennials’ de 28 a 34 años, que ya empiezan a tener cierta estabilidad laboral, una pareja estable y que se plantea muy seriamente comprar una casa y tener hijos, dejando atrás el alquiler.

Los factores de proximidad a la familia, coste de vida o las oportunidades profesionales decantan la decisión de dónde vivir. Algunas veces estos tres factores confluyen, pero en otras ocasiones, muchos se instalan donde han encontrado trabajo. “Primero encuentro trabajo, luego me compro la casa”. Aunque otros han regresado a casa (país o ciudad de origen) para dar el paso de ser propietario.

Otro de los factores que atrae a los jóvenes para vivir en propiedad, según el estudio, es que genera un alto grado de estabilidad emocional, donde uno puede elegir qué hacer con su casa, ampliar espacios o renovarla al gusto. Además, se puede encontrar un vecindario seguro o una zona con buenos colegios.

Fuente: Idealista



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